Todos juraron lealtad; y sin embargo todos huyeron. Mirándolo desde afuera, todos vemos la traición. Los discípulos le habían dejado. El pueblo le había rechazado. Y Dios no le había oído. Nunca se echó tanta basura sobre un ser humano. Amontone en una sola pila toda la deslealtad de padres que no sostienen a sus hijos y esposas que engañan a sus cónyuges, e hijos pródigos y trabajadores faltos de honradez, y usted empezará a ver lo que Jesús tuvo que enfrentar esa noche. Desde el punto de vista
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